Dicen las malas lenguas que debía ser una ducha, pero salió para el culo. Mas creíble es la historia de que se inventó para las cortesanas francesas del siglo XVIII. Hoy está en los baños de medio mundo, y en algunos países desdeñar su uso es motivo de escarnio.
En cuanto a su uso, varía notablemente según el entorno cultural. El que suscribe lo entiende como un instrumento de higiene genital y anal. Sin embargo en la Wikipedia francesa podemos leer:
Le bidet sert principalement à l’hygiène des parties génitales externes et de l’anus. (…) Il peut aussi servir à laver d’autres parties du corps humain, tels que les pieds et les cheveux ou pourquoi pas son chien, chat et tout autre animal de compagnie. On peut y uriner, y faire tremper du linge, ou y laver un bébé sans risque de noyade.
Que viene a decir: «Sirve principalmente para la higiene genital y el ano. Puede servir también para lavar otras partes del cuerpo, como los pies y el pelo, o lavar al perro, gato u otro animal de compañía. Podemos orinar, lavar la ropa interior o bañar a un bebé sin que se ahogue»
Qué puedo decir… cada quien tiene sus criterios de higiene, incluso alguien puede contornearse bastante para lavarse el pelo ahí. Pero la última frase me deja anonadado ¿orinar y bañar al bebé?. Intentaré quitarme esa imagen de mi cabeza y continuar con el análisis.
El origen del nombre se encuentra en el francés: no se refiere a su inventor, sino a un caballo pequeño usado en algunas zonas de Francia.
Hay varios tipos de bidet, pero en una primera aproximación se pueden diferenciar entre los que tienen ducha y los que no. Este hecho condiciona su uso. Originalmente, el bidet se utilizaría sentándose de frente, mirando hacia la pared y a los mandos. Al ver la forma de los bidets clásicos, parecida a una silla de montar, esto resulta mas evidente, pero no ya en los diseños modernos. De esta forma el mando del agua fría queda a la derecha y el de la caliente a la izquierda, la posición correcta. Cuando el usuario se sienta al revés (como lo haría en el inodoro/retrete) y deja los mandos a la espalda, queda a su derecha (y hacia atrás) el grifo del agua caliente. Esto entraña un peligro evidente si el usuario no está acostumbrado. En el caso de los bidets con ducha, el usuario puede sentarse de una u otra forma indistintamente, pero en los que tienen grifo deberá sentarse frente a éste, o de espaldas, dependiendo de la parte de su entrepierna que quiera higienizar.
El diseño en sí del bidet entraña dificultades justamente por esa variedad de usos a los que se aplica. Quizás sea ése el motivo por el que no está muy bien diseñado para ninguno, aunque bastante satisfactorio para el original. A la vista de las pocas variaciones, casi únicamente estéticas, en los modelos de bidet, me centraré en la forma de ubicarlo en su recinto:
Primera pregunta: ¿cómo se utiliza? Ya he mencionado que aunque aparentemente se utilizaría sentándose igual que en el retrete, no es así necesariamente. También debe ser posible sentarse de frente, y esto implica que haya sitio a ambos lados para las rodillas, sin colocarlo demasiado cerca de la pared, o de otro sanitario como el retrete o la bañera. Puede variar según las personas, pero al menos debería haber unos 20 ó 25cm de separación. Hay que tener en cuenta también que el usuario se encontrará con las piernas desnudas, y sufrirá una desagradable y gélida sensación (en invierno en particular) si, por estar los azulejos de la pared, u otro artefacto sanitario, demasiado cerca, debe tocarlos con las rodillas o las piernas.
¿Cuándo se utiliza? Es cierto que se utiliza en cualquier momento del día. Pero en particular se usa, por ejemplo, después de deponer. El usuario acaba de hacer sus necesidades en la taza, si hay papel lo usará, si no, deberá hacer todo con agua. Se levanta, y aquí tenemos un momento fundamental, la primera interacción con el bidet: Si está al lado del retrete, digamos a unos 40 cm, el usuario apenas levantará un poco el culo, dará un pequeño paso lateral, y se sentará en el bidet. Es la situación óptima. Esto puede sonar hilarante y evidente, pero sin embargo es muy (¡muy!) común ver baños en los que se instala el lavabo de manos en el medio, con el inodoro a un lado y el bidet al otro. ¡Es totalmente ridículo! El usuario se encuentra con los pantalones en los tobillos, y levantándose la camisa con las manos tiene que caminar 4, 5 ó 6 pasos, como un penado con grilletes, a través del baño para llegar al bidet. Quienes hacen esas instalaciones (muchas veces arquitectos), no han pensado ni en la utilidad, ni en el usuario, lo han puesto sólo porque venía en pareja con el inodoro.
Y para acabar con esta primera aproximación al bidet: ¿Qué se hace después de usarlo? Secarse. Es evidente, el bidet tiene un grifo, quien lo use va a mojarse, por lo tanto tiene que estar previsto que pueda secarse. Junto al bidet debe haber un toallero con una toalla, y también es recomendable que esté cerca del papel higiénico, por si la toalla falta. A nadie se le ocurre poner el papel a dos metros del retrete, y obligar al usuario a levantarse para recogerlo. Sin embargo se olvidan del usuario del bidet, y lo ponen en la situación de levantarse y caminar hasta el otro lado de ese lavabo ridículamente instalado entre medio de los dos sanitarios para alcanzar por lo menos el papel para secarse.
En resumen: Aunque no haya muchas opciones para elegir en cuanto a su diseño, la instalación del bidet en el baño sí debe ser cuidada. Máxime cuando se trata de un objeto que quedará empotrado al suelo y hay pocas probabilidades de que se corrija una instalación incorrecta. El bidet y el retrete deben colocarse juntos, separados por una distancia corta pero que permita pasar una pierna entre ellos sin tocarlos, y nunca deben colocarse simétricamente a cada lado del lavabo. El bidet con el usuario ocuparán un ancho de al menos 75cm (siéntese de frente en un bidet y mida la distancia entre sus rodillas), debe haber espacio a ambos lados para pasar las piernas. El papel higiénico debe estar tan cerca del bidet como del retrete, y además debe haber junto al bidet un toallero.
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